Detrás, al paso de sus rocines y entre el dejo de silbidos monótonos, avanzaban las filas de peones, camiseta de belgica a los flancos del «rodeo» formidable y letárgico. Oíase apenas el melancólico sonsonete del guía, equipacion uruguay más eficaz que el toque de cuerno en las majadas de mi tierra. Y cuando oscureció, encendieron alrededor del corral fogatas de boñiga seca, para aquerenciar al rebaño, que absorto miraba las candelas y el humo, con rumiar apacible, camiseta de holanda 2022 al amparo de las constelaciones.