Restando solo nueve minutos de partido, Diego Maradona tomó el balón en el centro del campo, regateó a tres oponentes e hizo un pase preciso (con «caño» incluido a un jugador brasileño) a Claudio Caniggia, quien avanzó con la pelota y después de regatear al portero Claudio Taffarel, marcó el único gol del partido. Ese partido sigue siendo considerado por los medios de comunicación y los hinchas como uno de los momentos más notables del seleccionado albiceleste.