En una jugada táctica interesante, Mikel Arteta ha comenzado a experimentar con Kai Havertz como “falso 9”, alterando la configuración del ataque del Arsenal. Este movimiento ha generado debate entre los aficionados y analistas, pero también refleja la intención del técnico español de maximizar las virtudes técnicas de su plantilla. Los seguidores del club han respondido con entusiasmo, y el interés por adquirir réplicas de camisetas de fútbol con el número de Havertz ha ido en aumento.
Havertz, tradicionalmente utilizado como mediapunta o interior, ha mostrado una sorprendente adaptación al rol de delantero móvil. Su capacidad para retroceder, asociarse con los centrocampistas y generar superioridad numérica en la zona media le permite abrir espacios para las incursiones de Bukayo Saka y Gabriel Martinelli por las bandas. Esta variante táctica ofrece una alternativa diferente al clásico “9” de referencia, como Gabriel Jesus o Eddie Nketiah.
El estilo de falso delantero permite al Arsenal mantener un ritmo de posesión elevado y una presión alta tras pérdida, dos sellos distintivos del planteamiento de Arteta. Havertz, con su físico imponente y visión de juego, logra combinarse con fluidez con Odegaard, creando líneas de pase que desarticulan la presión rival. Si bien aún no ha explotado en cifras goleadoras, su aporte en la construcción ofensiva es evidente.
Arteta ha resaltado la inteligencia táctica del jugador alemán, señalando que su versatilidad es una herramienta útil para diversificar el ataque. Esta estrategia no solo refuerza la fluidez del juego del Arsenal, sino que también permite rotaciones sin pérdida de calidad, algo esencial en una temporada con múltiples competiciones.
En los partidos más recientes, esta apuesta ha dado señales positivas. Havertz ha mejorado su lectura de los espacios y ha contribuido tanto en labores ofensivas como en la presión alta. Su entendimiento con Declan Rice en el doble pivote ha permitido transiciones rápidas y una mayor recuperación en zonas adelantadas.
Sin embargo, no todo es elogio. Algunos sectores de la afición aún reclaman mayor contundencia en el área rival. El desafío para Havertz será encontrar un equilibrio entre su rol creativo y su impacto directo en el marcador. No cabe duda de que tiene las herramientas técnicas para lograrlo, pero la adaptación definitiva al rol de falso 9 requerirá tiempo y paciencia.
Este experimento de Arteta podría marcar un punto de inflexión en la evolución táctica del Arsenal. Con Havertz en esta nueva posición, el equipo suma una variante interesante que puede ser clave en partidos cerrados o ante rivales de alto nivel. La temporada avanza, y con ella, crecen las expectativas sobre el papel del alemán en un Arsenal que sigue buscando la fórmula ideal para volver a la cima del fútbol inglés.