No estaba entre los favoritos, para muchos aficionados resultaba inverosímil que lograsen pasar de ronda en un grupo donde a Croacia y Bélgica se les otorgaban todas las papeletas para clasificarse y, por supuesto, era imposible pensar que el país vecino fuese el verdugo de España, pero las cosas son como son. Algo de eso debió de quedar grabado en el subconsciente de esta joven filipina, que se formó como maestra en la universidad de Cebú y poco después vino a España, reclamada por unos tíos suyos que vivían aquí sin descendencia.