Reparé que estaba bien trajeado, mejor calzado y enjoyado, equipacion españa luciendo en los dedos imponentes anillos de oro falso y una piedra pálida en la corbata. Le torció la boca una sonrisa. Fumaba en boquilla de ámbar, y como hombre que sabe tratar a los amigos, después de los primeros saludos me invitó a tomar un «bock» en una cervecería próxima. Como todos le achacaban los incendios en el Hatico, fingía llorar a mares, camiseta belgica consternado por la calumnia.